Un día en la Escuela
Cada día, la maestra recibe a los niños de manera individual en el aula, su espacio, en el que juegan durante una hora.
Después de la higiene personal de cada niño, se realiza la actividad central de la mañana, el corro, que hace referencia al ritmo del año, así como a trabajos y profesiones: zapateros, artesanos o recolectores, que en la vida actual son necesarios llevar a la vivencia del niño, y que éste vive a través del movimiento, el canto y la palabra.
Desde la alegría del corro pasamos al desayuno, un momento social en el que se comparte y establece un diálogo, a la vez que nos ayuda con el ritmo de la semana, que viene marcado con un desayuno diferente cada día.
A continuación se realizan las actividades artísticas, tras las que el niño sale al jardín. Ahora es el momento de correr, saltar y moverse al aire libre, además de relacionarse con los elementos; el aire, el agua, la tierra… En este momento la maestra realiza trabajos de jardinería, en los que los niños participan y ayudan viviendo plenamente la naturaleza.
Después volvemos al aula. Es el momento del recogimiento, en el que los niños se sientan alrededor de la maestra para escuchar el cuento. Los cuentos tradicionales son imágenes muy profundas de la evolución del ser humano. El niño las vivencia de una forma natural, ya que en su desarrollo repite todo ese proceso evolutivo. Por eso, el cuento es un alimento para su alma, a la vez que enriquece su lenguaje y el pensamiento vivo.
Al final de la mañana, al igual que al inicio, la maestra despide a los niños hasta el día siguiente.