El Bollito Redondo
Había una vez un anciano y una anciana que eran muy pobres y no tenían nada a su nombre. Y se empobrecieron cada vez más hasta que no quedó nada para comer en la casa, ni siquiera pan.
Dijo el anciano:
«¡Haznos un panecillo, anciana! Si raspas la caja de harina y barres el recipiente, tendrás suficiente harina».
Entonces la anciana sacó la caja de harina y barrió el recipiente, hizo un poco de masa y con ella dio forma a un panecillo redondo.
Luego encendió el horno, horneó el panecillo y lo puso en el alféizar de la ventana para que se enfriara.
Pero el bollo saltó por la ventana y cayó al banco de afuera, y del banco al suelo, ¡y rodó por el camino!
Siguió rodando y se encontró con un Conejo que venía hacia él.
«¡Te voy a comer, bollito redondo!» dijó el Conejo.
«No hagas eso, Pies-Ligeros, déjame cantarte una canción», dijo Bollito Redondo.
«¡Está bien, escuchémosla!»
«¡Aquí lo tienes!
«Me sacaron de la caja de harina
Y barrido de la basura
Y horneado en el horno
Y enfriado en el alféizar.
Me escapé del abuelo
Me escapé de la abuela
¡Y huiré de ti, en este mismo momento lo haré!
Y salió rodando y se alejó.
Poco a poco se encontró con un lobo que venía hacia él.
«¡Te voy a comer, bollito redondo!» dijó el lobo.
«No hagas eso, hermano Lobo, déjame cantarte una canción».
«¡Está bien, escuchémosla!»
«Me sacaron de la caja de harina
Y barrido de la basura
Y horneado en el horno
Y enfriado en el alféizar.
Me escapé del abuelo
Me escapé de la abuela
¡Y huiré de ti, en este mismo momento lo haré!
Y se fue rodando otra vez.
Poco a poco se encontró con un oso que venía hacia él.
«¡Te voy a comer, bollito redondo!» dijo el Oso.
«¡No hagas eso, hermano oso, mejor te cantaré una canción!»
«¡Está bien, escuchémosla!»
«Me sacaron de la caja de harina
Y barrido de la basura
Y horneado en el horno
Y enfriado en el alféizar.
Me escapé del abuelo
Me escapé de la abuela
¡Y huiré de ti, en este mismo momento lo haré!
¡Y salió rodando y se alejó!
Poco a poco se encontró con una zorrita que venía hacia él.
«¡Te voy a comer, bollito redondo!» dijó la Zorra.
«No hagas eso, hermana Zorra, en su lugar te cantaré una canción».
«¡Está bien, escuchémosla!»
«Me sacaron de la caja de harina
Y barrido de la basura
Y horneado en el horno
Y enfriado en el alféizar.
Me escapé del abuelo
Me escapé de la abuela
¡Y huiré de ti, en este mismo momento lo haré!
«¡Canta un poco más, por favor, no pares!» dijo la Zorra. «Súbete a mi hocico para poder oírte mejor».
Bollito Redondo saltó sobre el hocico de la Zorra
y empezó a cantar:
«Me sacaron de la caja de harina
Y barrido de la basura… «
Pero antes de que pudiera continuar, la Zorra abrió la boca y ¡zas! — se lo tragó.
