Escoger cuentos de hadas para distintas edades

Autor: Joan Almon

Decidir qué cuentos de hadas son apropiados para según qué grupos de edad es un problema al que se enfrenta todo profesor de preescolar, al igual que todo padre que desea ofrecer cuentos de hadas a sus hijos. A lo largo de los años, con la experiencia de relatar cuentos a los niños, se desarrolla un sentido para ello, pero al principio pueden ser de gran ayuda algunas pautas.

      Entre los cuentos de hadas, existen historias con varios grados de complejidad. En el nivel más simple se encuentra La olla mágica, por ejemplo, mientras que el hermoso cuento francés de Perronik, acerca de un crédulo personaje en busca del grial que debe superar siete difíciles obstáculos, representa una historia de mayor complejidad.  El último es un cuento adecuado para el niño de escuela primaria en el momento en que está dejando el mundo de los cuentos de hadas alrededor de los 9 años, mientras que la primera historia es una delicia como primer cuento de hadas para los niños de tres años. A los pequeños les encanta oír la historia de la olla repleta, que se desborda por no decir la palabra apropiada. A esta edad, los niños tienen una percepción de eterna abundancia acerca de la vida. Un niño contestó a su madre de esta forma cuando ella le dijo que no tenía suficiente tiempo para sacarlo a jugar: «Pero mamá, yo tengo un montón de tiempo, te daré un poco».

      En casi cada cuento de hadas existe un problema que debe ser resuelto, como por ejemplo, cómo conseguir que la olla deje de cocinar, o una confrontación con el mal, el cual puede tomar muchas formas, como la Reina en Blancanieves o los diversos monstruos a los que Perronik se enfrenta. Cuanto más leve sea el problema, más adecuado es el cuento para los niños más pequeños, por el contrario, cuanto más grande sea el mal, más apropiado es el cuento para los niños mayores.

      Otro aspecto de los cuentos de hadas es que el héroe o la heroína deben padecer ciertas dificultades o partir en un arduo viaje antes de tener éxito en su misión. En la versión original de Los tres cerditos, el cerdito es prácticamente engañado en tres ocasiones antes de ser capaz de vencer al lobo. El tres es un número que surge frecuentemente en relación a los retos del cuento.

      En este caso las tareas no se presentan como muy amenazantes, y el cerdo las maneja con mucho humor, convirtiéndolo en un cuento muy querido por los niños de cuatro años. En Los siete cuervos, la hija debe primero embarcarse en un viaje al sol, la luna y las estrellas para poder devolver la forma humana a sus hermanos. Este es un cuento que reciben bien  los niños de entre cinco y seis años de edad. Un cuento todavía más complejo es aquel bello relato noruego que se titula Al este del sol y al oeste de la luna.

      Aquí, igualmente, la heroína debe emprender una gran travesía para redimir a su príncipe y su viaje la lleva primero a las casas de tres sabias. Luego es auxiliada por cada uno de los cuatro vientos, incluso cuando el cuarto viento la lleva en dirección al castillo al este del sol y oeste de la luna, su trabajo no ha culminado aún y es de nuevo puesta a prueba antes de poder casarse con el príncipe. Este no es un cuento para el preescolar, sino para el primer grado de primaria o grados superiores, cuando las luchas internas que libran los niños se tornan más complejas y cuando han sido nutridos de cuentos de hadas de mayor complejidad.

      Con estas consideraciones en mente, me gustaría dividir algunos de los cuentos comúnmente relatados en las escuelas infantiles Waldorf en categorías de complejidad. Este es un asunto en cierto modo riesgoso debido a que los cuentos de hadas cobran tanta vida que no se acomodan en una sola categoría. Incluso, mientras los divido, me encuentro cambiando relatos de una categoría a otra constantemente. Al final se toman las decisiones teniendo muy en cuenta al grupo de niños o al niño en particular. Por favor, acepte estas divisiones cuidadosamente como meras indicaciones, y tómese el tiempo de elaborar sus propios juicios en esta materia. Puede resultarle útil leer unas cuantas historias de cada categoría como un recurso para comprender los distintos niveles de complejidad de los cuentos de hadas.

         1. Los niños de 3 años en la guardería o en el preescolar se sienten muy satisfechos con pequeñas historias acerca de la naturaleza o con un relato sencillo tal como La olla mágica. Los niños un poco mayores de tres años están listos en muchas ocasiones para escuchar los cuentos secuenciales, tales como el relato del nabo. El nabo ha crecido tanto que el abuelo no puede arrancarlo por sí mismo, por lo cual acuden, uno seguido del otro, la abuela, el nieto, el perro, el gato y finalmente el ratón. Todos juntos son capaces de extraer el nabo. Pueden encontrarse muchos cuentos de este tipo, los cuales presentan un fuerte patrón de orden y repetición. También existen canciones tradicionales que encajan en esta categoría, tales como En la granja de Pepito o Had Gad Ya una canción que se entonaba durante la Pascua judía. Ese tipo de historias secuenciales tienen la ventaja añadida de ser relativamente fáciles de aprender para un cuentacuentos principiante. Una colección de relatos para este grupo de edades incluye los siguientes:
     
      La olla mágica (La papilla dulce) (Grimm, 103)
      Ricitos de Oro y los tres ositos (Robert Southey)
      El piojito y la pulguita (Grimm)
      El nabo gigante (Ruso)
      La manopla mágica (Ucrania)
      La gallinita roja
      El hombre de jengibre
      The Johnny Cake (Inglés)
      La anciana y el cerdito
      El ratón de campo y el ratón de ciudad
      El gato y el ratón

           (Nota: Los cuentos de los hermanos Grimm están enumerados del 1 al 200, anotamos aquí el número para ayudarte a localizar la historia en una edición completa de los cuentos de los hermanos Grimm.)
     
      2. La siguiente categoría de cuentos es algo más compleja, pero el ambiente en general es normalmente alegre y sin demasiadas dificultades o luchas. Los niños de cuatro y cinco años suelen sentirse muy cómodos con estos cuentos.
     
      Los tres cabritos Gruff (Noruego)
      Los tres cerditos (Inglés)
      El lobo y los siete cabritillos (Grimm, 5)
      El molino de tortitas
      Mashenka y el oso (Ruso)
      El zapatero y los duendecillos (Grimm, 39)
     
      3. En la siguiente categoría aparecen muchos de los relatos que normalmente asociamos con el término de cuento de hadas, dirigidos principalmente a niños entre 5  y 6 años de edad.  Estas historias contienen más retos y más detalles. El personaje principal suele partir con una simple tarea a realizar como en el El pobre mozo molinero y la gatita, aunque se encuentran algunos obstáculos, no resultan demasiado difíciles para el personaje. En esta categoría de cuentos, podemos mencionar:
     
      Los ducados caídos del cielo (Grimm, 153)
      El rey rana (Grimm, 1)
      Madre Nieve (Grimm, 24)
      Caperucita Roja (Grimm, 26)
      Los músicos de Bremen (Grimm, 27)
      La oca de oro (Grimm, 64)
      La novia verdadera (Grimm, 186)
      La casa del bosque (Grimm, 169)
      La reina de las abejas (Grimm, 62)
      La doncella de nieve (Ruso)
      Los siete cuervos (Grimm, 25)
      Blancanieve y Rojaflor (Grimm, 161)
      La bella durmiente (Grimm, 50)
      La princesa en el castillo en llamas
      El borriquillo (Grimm, 144)
      Rumpelstiltskin (Grimm, 55)
      Blancanieves y los siete enanos (Grimm, 53)
      Hansel y Gretel (Grimm, 15)
     
      4. El grupo final que incluiré aquí, consta de aquellos cuentos de hadas que son muy apropiados para los niños de 6 años que están haciendo la transición al primer grado. Éste suele ser un momento  de estrés para los niños, ya que pierden los dientes de leche y sienten que abandonan el corazón de la niñez temprana. (Afortunadamente todavía les queda un par de años más antes de que hagan su descenso final del Paraíso.) Los cuentos en esta nueva fase de desarrollo interno de los niños, cuentan con personajes con una experiencia personal de sufrimiento o pesar. Estos cuentos no suelen contarse nunca en preescolar, sino que se reservan para los años de primaria.
     
      Yorinda y Yoringuel (Grimm, 69)
      Los dos hermanitos (Grimm, 11)
      La cenicienta (Grimm, 21)
      Rapunzel (Grimm, 12)
     
      5. Un problema frecuente que preocupa a los profesores de preescolar es cómo seleccionar cuentos para un grupo de edades diversas. Si en un grupo, hay presentes niños de tres años así como niños de seis, ¿afectarán los cuentos más avanzados a los más pequeños? Mi propia experiencia y la de otros profesores es que esto no es un problema si la historia es apropiada para algunos de los niños en el grupo. Este es un fenómeno interesante que parece funcionar de la siguiente forma: En un grupo de edades de entre tres y seis años se puede elegir un cuento para los niños de cinco y seis años y los de tres y cuatro años prestarán atención. Puede que estén menos atentos que si fuera un cuento más sencillo, pero en pocas ocasiones se mostrarán inquietos (aunque puede resultar de ayuda sentar a los más pequeños cerca del profesor o su ayudante). Por otra parte, si se contara el mismo cuento complejo a un grupo de solo tres y cuatro años, descubriríamos que no le prestarían atención y perderían el interés con facilidad. Es como si nadie en el grupo pudiera llevar la historia a los otros. En un grupo con niños de diferentes edades, se puede crear también un equilibrio al relatar cuentos que sean apropiados para los niños más pequeños. Los niños mayores generalmente no se aburren con los relatos más simples. Al ser ya lo suficientemente mayores para ver el humor en los cuentos secuenciales o los cuentos de hadas más sencillos, podrán reír en las partes graciosas mientras que los más pequeños las escucharán con completa seriedad.

      Al elegir un cuento de hadas, otro factor que debe tomarse en consideración es, si el relato es bien conocido en la sociedad, aunque sea conocido de una forma incorrecta. Cuando un cuento es famoso, los niños suelen estar más preparados para escucharlo a una edad más temprana de la que les correspondería.

      La última consideración a tener en cuenta, y probablemente la más importante, es la relación personal del cuentacuentos con la historia. A veces un cuentacuentos aprecia un relato de tal forma que la historia puede contarse a niños que generalmente son muy jóvenes para escucharla. Conocí a una profesora a la que le gustaba tanto Los siete cuervos que lo relataba año tras año a su clase de niños de tres y cuatro años, algo que yo no haría. Cuando este amor hacía los relatos está acompañado de un entendimiento por parte del cuentacuentos, se abren las puertas al reino de la vida en el que los cuentos de hadas son verdaderos y viven para siempre. Al contar cuentos de hadas, nosotros también nos enriquecemos y volvemos a este reino. Rudolf Steiner describe hermosamente los cuentos de hadas cuando dice:«Más profundo de lo que uno puede imaginar, yacen las fuentes de donde fluyen las genuinas y verdaderas fábulas que transmiten su magia a lo largo de todos los siglos de evolución humana».

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