¿Un rábano o una Barbie?

Autor: Philipp Reubke
Fuente: www.waldorf-resources.org

El boom de las “Muñecas Waldorf” nos plantea preguntas sobre la importancia de este tipo de muñecas. Philipp Reubke, veterano maestro de parvulario Waldorf y miembro de la Asociación Internacional de Parvularios Waldorf (IASWECE) pregunta, “que es una muñeca Waldorf” ¿Existe una ‘auténtica’ Muñeca Waldorf”?

Las muñecas Waldorf se pueden adquirir en muchas escuelas Waldorf, en algunas jugueterías y, por supuesto, por internet. Incluso hay varios fabricantes que han solicitado la marca “Muñeca Waldorf”. Sin embargo, ¿son estas muñecas disponibles comercialmente las auténticas y originales muñecas Waldorf?

Sin instrucciones

Rudolf Steiner habló a menudo de las cualidades y necesidades especiales de los más pequeños, así como de la actitud interior y las cualidades del alma que los adultos necesitan adquirir para apoyar el desarrollo de los niños. Sin embargo, si alguien está buscando una descripción detallada de cómo debería ser un parvulario Waldorf y las actividades concretas que deberían tener lugar en él, no lo encontrará en la obra de Steiner. ¡No hay programa ni recetas!

Existen, sin embargo, algunas excepciones, algunos detalles que Steiner describe con bastante concreción. La muñeca es una de ellas. Simplemente se puede consultar cómo tenía ser la muñeca Waldorf original.

En su primera publicación sobre educación, en 1907, Steiner escribió:

“Puede hacer una muñeca para un niño doblando una vieja servilleta, girando las dos esquinas para hacer las piernas, las otras dos para los brazos, haciendo un nudo a modo de cabeza y pintando los ojos, la nariz y la boca con borrones de tinta.”

Y muchos años después, en 1923, dijo algo parecido:

“Dé al niño un pañuelo o trapo, anúdelo de modo que aparezca una cabeza en la parte superior y dos piernas en la parte inferior, y ya ha hecho una muñeca o una especie de payaso. Con algunos borrones de tinta puede darle ojos, nariz y boca o, mejor aún, que deje que lo haga el mismo”.

Y, de nuevo, en una de sus últimas conferencias sobre educación:

“Si hacen una muñeca a partir de una servilleta vieja o un pañuelo con dos borrones de tinta a modo de ojos y una pincelada a modo de boca, algún tipo de brazos, con imaginación, el niño puede aportar mucho más.”

Esta muñeca no tiene nada que ver con las llamadas muñecas Waldorf que se pueden comprar hoy en día. Es más: ¡no existe una muñeca Waldorf como tal!

Móvil, dinámica, multicultural

Una vieja servilleta puede parecer diferente cada vez: puede ser un pañuelo y, queda claro en las citas anteriores, que el tipo de paño y los borrones no están especificados. Si se quiere libertad, se puede explorar con otros materiales, un trozo de madera, de corcho o de lo que esté a mano. Así pues, la muñeca Waldorf será diferente cada vez, y se puede adaptar a las circunstancias de la vida de cada parvulario, las capacidades del educador, el deseo y imaginación de los niños, la cultura y las condiciones socioeconómicas. Es flexible, se adapta y es multicultural: ¡muy moderna!

No obstante, la muñeca Waldorf presenta algunas desventajas para nuestro gusto actual: no se puede comprar, no genera dinero, tiene un aspecto modesto  –no siempre bonito–, hay que hacerla uno mismo, no siempre está simplemente a disposición y puede que se parezca más a un pequeño rábano que a una muñeca Barbie: desaparece y aparece rápidamente.

Resulta sorprendente que las desventajas parecen superar las ventajas para muchos parvularios Waldorf y guarderías, donde no necesariamente se pueden encontrar muchas muñecas Waldorf auténticas. ¿Nos parece que tienen un aspecto demasiado modesto? ¿Pensamos que las encontrarán aburridas? ¿O es que resulta demasiado duro hacer nosotros mismos una manualidad tan simple? De hecho, podríamos practicar con la muñeca Waldorf porque, según Steiner, es la manualidad más sencilla que uno pueda imaginar.

Para animar a que aumente la población mundial de muñecas Waldorf, volvemos a ofrecer aquí un resumen de los argumentos de Steiner acerca de por qué estas compañeras efímeras pero extremadamente animadas son tan importantes para el desarrollo del niño. Además, también añadimos algunos de los comentarios de contemporáneos, cuyo tono nos recuerda a lo que Steiner dijo hace 100 años.

Simpleza externa, fortaleza interior

“Si el niño tiene enfrente la servilleta doblada, tendrá que completar con su imaginación todo lo necesario para que sea real y humana. Este trabajo de imaginación moldea y construye las formas del cerebro.»

La actividad fomenta la fortaleza

“Del mismo modo que los músculos de la mano ganan firmeza y fuerza al realizar el trabajo para el que están dotados; el cerebro y otros órganos del cuerpo se encaminan hacia la dirección correcta si reciben las impresiones correcta de su entorno… Si se da al niño la llamada muñeca “bonita” el cerebro no tendrá nada más que hacer. En vez de desplegarse, se atrofia y se deseca.”

Reforzar la imaginación

“…esos rostros tan hermosamente formados, esas mejillas maravillosamente pintadas… matan la imaginación del niño, puesto que no deja nada a su imaginación.” Pero con la muñeca simple, e imaginación, el niño le puede aportar muchísimo.”

Desarrollo de la sensibilidad y la sutileza de los sentimientos

“Con la llamada muñeca bonita impedimos que el niño desarrolle el despliegue de una imaginación delicada y naciente.»

En resumen: con la muñeca de trapo simple lo esencial no es el mundo exterior; aparece en el poder de imaginación del niño. Está inacabada; emerge mediante la actividad. El mundo exterior no se impone al niño, y la delicada imaginación se puede desarrollar libremente. Simplicidad externa, diversidad interna y dinámica, una conexión que a menudo se ha mencionado en los debates educativos de los últimos 20 años. Freya Pausewang escribió en un artículo publicado en 2011:

“Los objetos encontrados nos alejan del consumismo y de la dependencia del material preparado a propósito, también del dinero. El material estimula que el niño improvise, desarrolle más las ideas, acepte retos, y supere nuevas situaciones. El niño juega con mayor autodeterminación.”

Por este motivo, en Alemania, varios parvularios han puesto en marcha el tiempo de juego “sin juguetes”:

“Los niños pequeños están tan sobrecargados de juguetes y productos de consumo que más tarde, como jóvenes y adultos, puede que no tengan capacidad de saber qué hacer con ellos mismos. A partir de esta asunción, surgió el “proyecto parvulario sin juguetes”, gracias al que los niños pueden aprender a “encontrarse a si mismos” y a conocer sus necesidades.”

El texto de una página web estadounidense para padres nos recuerda la vieja servilleta de Steiner:

“Es importante tener en cuenta que algunos de los mejores juguetes indefinidos son objetos reciclados de vuestro propio hogar…”

La autora Colleen D. Multari distingue entre juguetes que están “cerrados” y que determinan el resultado del juego y juguetes indefinidos y que dejan que el niño conforme el curso del juego de forma independiente. Los juguetes indefinidos fomentan la creatividad y la capacidad de resolución de problemas.

En conclusión, he aquí una cita del psicólogo francés Régine Démarthes: “Es la manera como un niño actúa con un juguete lo que lo hace complejo y vivo a los ojos del niño. Pero cuando el juguete impone su complejidad al niño, está mutilando su imaginación creativa.”

Philipp Reubke ha sido maestro de los parvularios Waldorf en Colmar y Mulhouse (Francia).

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